lunes, 8 de octubre de 2007

29 de Septiembre, Jubilado

No hay nada como tomar un café en un McDonalds a las 11 de la mañana. Lugar suficientemente hortera como para dar vergüenza ajena a los viandantes de la Plaza de la Reina. Al fin y al principio, sinceridad suprema. Todo eso está bien y en harmonia con mi nueva pluma sin marca pero a precio de Parker o Montblanc (Souvenir de tienda para turistas, mierda) y escrita en una libreta de Kukuxumusu a precio de lienzo para pintar. No importa, un mono pinta con Spray una camiseta de un gorila sobre fondo rojo. Ante tal revelación sólo me queda meditar.

Un jubilado todavía ágil acaba de sentarse en el cubículo de detrás mío. Va vestido de árbol tradicional, es decir, camisa verde clara poco llamativa y pantalón marrón tronco claro poco llamativo. En el fondo yo también tengo comportamiento de jubilado, me siento siempre en la misma mesa cuando vengo a la misma plaza como temiendo olvidar hasta quién soy... Y por la ventana observo otra jubilada, sola, al sol. Lleva ya tiempo allí